En realidad, es un email a una persona que me pidió presupuesto para un contrato de trabajo (1200 palabras) y un formulario (600) palabras. Me sorprendió cómo lo expresó: "estaría interesada en la traducción jurada de ...."
Le contesté indicándole mi tarifa, y que si me facilitaba copia de los documentos, podría ofrecerle quizá un descuento.
Porque las traducciones juradas no son baratas, nunca lo fueron, y seguramente, mientras haya traductores jurados que se dediquen a la traducción jurada, y no sólo lo hagan en el tiempo libre que les dejan sus otras ocupaciones (profesores, abogados, funcionarios de todo tipo), nunca lo serán. La ventaja de un traductor jurado profesional freelance es que sus plazos son muy cortos. Puede organizarse de forma que el cliente que le pida una traducción de una o dos páginas pueda tenerla en 1 o 2 días, y si es urgente, incluso en unas pocas horas.
El caso es que esta persona, amablemente, me contestó al día siguiente que ya no estaba interesada. Y me he quedado preocupada/intrigada. De modo que le he escrito.
Buenos días, ...................:
Gracias por avisar.
Me
he quedado preocupada. Si el motivo es que has encontrado a alguien que
te ofrezca "mejor precio", no me preocupa. Hay gente que cobra más que
yo y gente que cobra menos, por una traducción jurada. También hay gente
que ofrece traducciones "no juradas" y allí la cosa es más peliaguda,
porque no por no tener el título/nombramiento tienen que ser peores
traductores, pero claro, ya no tienes ninguna garantía.
Normalmente la gente pide traducciones juradas porque:
a) necesita presentarlas en algún sitio, para obtener algún beneficio, o para acreditar con un documento cualquier dato, o
b) porque quiere tener una traducción con garantía de calidad.
Las
traducciones juradas no son baratas, y, salvo para algún juicio, donde
sí se exige que la traducción jurada de un documento sea completa, en el
caso de los contratos de trabajo, especialmente cuando son muy
extensos, sí suelo ofrecer traducciones "en extracto". En tu caso, como
no conozco ni el documento ni las circunstancias, no puedo extenderme
más. En otras ocasiones, cuando el cliente quería acreditar que había
estado contratado por X para un período Y con las condiciones Z
(salario, jornada, vacaciones), la traducción se limitaba a eso, y
dejaba aparte cuestiones tan variopintas como uniformes, bajas,
excedencias, etc. Eso sí, traducía los títulos de cada punto, para que
no hubiera duda de que no había ninguna "trampa" escondida. Algo
parecido he hecho también cuando los estudiantes tenían que aportar
información que sólo estaba en un Reglamento (Studienordnung,
Prüfungsordnung) de muchas páginas.
En
cuanto al formulario, no suelo hacer traducciones juradas de
formularios, pero sí los traduzco con cierta frecuencia para clientes
que quieren conocer el contenido antes de firmar o incluso
cumplimentarlos. Salvo que sean formularios ya cumplimentados, que haya
que presentar en algún sitio. Pero entonces no los "llamo" formularios,
son simplemente documentos. Y que sí, a veces hay que presentar para
obtener un beneficio o acreditar alguna circunstancia.
En
fin, que si no es molestia, sí agradecería que me comentaras si ya has
solucionado el tema, y si no es así, me puedes llamar y lo comentamos.
Nunca he dejado de hacer una traducción jurada por dinero, pero claro,
tampoco voy regalando mi tiempo y mi experiencia y saber hacer. Pero
jubilados, inmigrantes, parados, etc. .... todo eso son circunstancias
que tengo en cuenta para llegar a un acuerdo con el cliente, que sea
justo para ambos, aunque sea ir pagándome a plazos o una cantidad
simbólica.
Recibe un cordial saludo,
Marga
Y no es pose. Hace unas semanas traduje tres páginas de las autoridades de inmigración suizas para un vecino de Valencia, extranjero, para que su abogado pudiera conocer lo que le decían. Y como me estuvo llorando, y visto lo que había traducido parecía verosimil, le cobré 20 euros. Luego me pidió otra traducción. Pero tras leerla, le hice un resumen del contenido y no lo traduje por escrito. Porque no tenía sentido, no aportaba nada, y era denegatorio.
Y en ocasiones ofrezco descuentos, o pago en dos o tres plazos. Y salvo una excepción, de un extranjero que me pagó el primer plazo, y luego estuvo escribiéndome que seguía mal de dinero y no podía pagarme todavía, hasta que desapareció, no he vuelto a tener malas experiencias.
Si he tenido malas experiencias con las dichosas retenciones del IRPF. Las del año pasado fueron sonadas: una sociedad que movía capitales de aquí para allá, constituyendo sociedades, fusionándose, convirtiendo una española en una alemana, etc.; y un bufete de abogados internacional.